En el año 2006 y fruto de diversas circunstancias, que darían para otro artículo, se puso en marcha la segregación de los Servicios de Prevención Ajenos de las Mutuas. Casi una década después, y con la connivencia y amparo de la Dirección de las Mutuas, en algunos casos, se produjo la venta de sus Servicios de Prevención Ajenos sin tener en consideración a los principales agentes de interés de una empresa (empleados y clientes). De esta manera podemos decir que fruto de aquellos polvos vienen estos lodos y el Mercado de Prevención actual, con claro carácter de oligopolio, es consecuencia de todas estas circunstancias.
En noviembre de 2016 se entregó a la Directora del INSHT la primera encuesta realizada por AEPSAL a 1000 Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales (TPRL) que ponía de manifiesto un descontento generalizado de estos.
Los TPRL señalaban que se habían incrementado sustancialmente las cargas de trabajo para poder bajar precios con la certeza de su incumplimiento amparado en el halo de desconocimiento, nulo interés del cliente y baja probabilidad de inspección. En general el colectivo se considera mal pagado, peor valorado y realizando un trabajo poca utilidad para el empresario.
Nada de esto es nuevo. Sin embargo, lo que tiene este hecho de particular es la intensidad y la forma en la que se está produciendo, consiguiendo extender el problema cada vez más. Desde el año 2008 donde existían alrededor de 800 Servicios de Prevención Ajeno se ha producido una reducción cercana a la mitad en nuestros días. La fusión de los SPA´S ha tenido un efecto perturbador en el mercado pues el modelo de negocio que lo lidera está basado en la estandarización y un cumplimiento meramente formal más allá de los modelos orientados al cliente, que paradoja en los tiempos que corren, que parecen haber desaparecido sin intervención del cliente.
No obstante, estas situaciones son efímeras pues si los principales agentes de interés (empleados y las mayores empresas) no están satisfechos con el modelo. El mercado no tardará mucho en realizar los ajustes pertinentes y generar alternativas con nuevas propuestas de valor. Revisemos nuestras propuestas de valor, que el cliente está esperando que llamen a su puerta.
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